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Antílope Saiga: Historia y conservación de la especie

Antílope Saiga: Historia y conservación de la especie

Respeto a los animales 25 / 03 / 2024

Estar cerca de la desaparición es un momento complejo para cualquier ser vivo. Y si de forma individual ya es un proceso doloroso, imaginad cuando se trata de la desaparición de toda una especie, de su extinción. 

Un animal que lo ha vivido muy de cerca y que está volviendo para contarlo es el antílope saiga (Saiga tatarica), un peculiar mamífero que habita las estepas de Asia Central. En 2003 solo quedaba un 6% de toda su población respecto a la que había una década antes. Y hablamos de una población que pasó de cerca de un millón de ejemplares a solo 40.000. 

Pero es que, en 2015, cuando la población se había recuperado considerablemente, la mitad de los ejemplares vivos en ese momento (120.000) murieron en pocos meses por culpa de una enfermedad bacteriana. 

Casi 10 años después, el antílope saiga ha llegado a superar los ejemplares que tenía en la década de 1990. Un claro ejemplo de animal resiliente y de proyecto de conservación exitoso. Pero, ¿cómo lo ha logrado?

 

El antílope saiga, un animal adaptado al frío

 

antílope saiga y su conservación ecolatras

 

Como se ha mencionado, el antílope saiga habita en las estepas de Asia Central ubicadas entre Rusia, Kazajistán, Uzbekistán, Mongolia y China. Una región dominada por un clima bastante seco, muy frío en invierno (con unos 15 grados bajo cero de media) y templado en verano (unos 20 grados).

El clima de esta región explica el rasgo más distintivo de este antílope que alcanza como máximo los 80 cm a la altura del lomo y los 50 kg de peso: su protuberante y flexible nariz. Esta gran nariz le permite filtrar, humedecer y calentar el aire que respira, lo que ayuda a esta especie a regular su temperatura. Además, tiene una movilidad parecida a la de los elefantes con su trompa.

El antílope saiga tiene una esperanza de vida de entre 6 y 10 años, se alimenta de una gran variedad de plantas que habitan en las estepas y forma manadas de un máximo de 50 ejemplares. Son capaces de recorrer vastas extensiones de terreno cada día y cruzar ríos nadando.

Un hecho curioso, y que puede ayudar a la supervivencia, es que las hembras son fértiles a los 8 meses. Y si la manada se viera seriamente afectada por algún fenómeno, las hembras pueden adelantar la madurez sexual hasta los 5 meses.

 

Las amenazas del antílope saiga

 

La gran caída que sufrieron las poblaciones de este mamífero se debe casi exclusivamente a la caza indiscriminada a la que se vio sometido durante la última década del siglo XX. Y hay dos motivos principales por los que creció su captura: el precio de sus cuernos y la desintegración de la Unión Soviética.

El cuerno de antílope saiga ganó notoriedad en los últimos 30 años al mismo tiempo que empezó a escasear el cuerno de rinoceronte. Y los principales compradores y consumidores de estos cuernos se encontraron (y se encuentran) en el sureste asiático: China, Singapur, Vietnam y Malasia usan este producto como parte de su medicina tradicional.

La demanda de los cuernos de este animal hizo subir el precio y aquí es donde entra la caída de la Unión Soviética: con la fragmentación del enorme país, se produjo el hundimiento económico de las naciones resultantes. Así, la caza del antílope saiga se convirtió en un recurso fácil para ganar bastante dinero y asegurar la supervivencia de las personas.

A este cóctel explosivo hay que añadirle la construcción de infraestructuras y de vallas que interrumpieron las rutas migratorias y alteraron su hábitat natural, así como la mencionada enfermedad de 2015.

Así, en pocos años las poblaciones de antílope saiga se despoblaron hasta llegar a considerarse esta especie en “peligro crítico” de extinción.

 

La exitosa conservación del antílope saiga

 

antílope saiga y su conservación en la nieve

 

Por suerte se logró frenar su caída con los esfuerzos de conservación para recuperar las poblaciones de esta especie a partir de los 2000. Una de las primeras medidas fue la creación de un parque nacional en la región rusa donde habita el antílope saiga para evitar su caza.

Y en Kazajistán, donde vive la mayor parte de las poblaciones de antílope, se han llevado a cabo numerosos proyectos contra la caza furtiva, al mismo tiempo que se ha capacitado a los agentes de aduanas para detectar los casos de furtivismo.

Estas medidas, junto con los programas educativos para la ciudadanía con el objetivo de concienciar a la población sobre la importancia de esta especie, han logrado un crecimiento increíble del antílope saiga. 

De esta forma, entre 2015 y 2022, solo en Kazajistán, la población creció un 1.100% hasta superar el millón de ejemplares. Gracias a ello, se ha actualizado el estatus del antílope saiga y ahora se considera “casi amenazado”.

Aun así, es necesario mantener estos esfuerzos para que la población no vuelva a disminuir por la caza o por una nueva enfermedad.

 

Conservación de la biodiversidad en Ecólatras

 

antílope saiga y su conservación

 

Aunque el antílope saiga no se encuentre en España, eso no quiere decir que no se trabaje la conservación y tenemos varias iniciativas Ecólatras que lo demuestran:

La protección de la biodiversidad y de todas las especies es muy importante en todo el mundo y es fundamental reconocer los proyectos potentes y que tienen éxito para animar y fomentar a la ciudadanía y a futuras acciones. 

Si queréis conocer otros proyectos, en nuestro canal de Youtube tenemos entrevistas a dos personas que trabajan en conservación de la biodiversidad: Manu San Félix y Sara Pinto.

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