Desde los años 50, se han plantado más de 250.000 árboles autóctonos en la finca. Una acción regenerativa y continua que mejora la biodiversidad y convierte el paisaje en un sumidero de carbono con impacto real.
Desde los años 50, se han plantado más de 250.000 árboles autóctonos en la finca. Una acción regenerativa y continua que mejora la biodiversidad y convierte el paisaje en un sumidero de carbono con impacto real.