La Figal de Xugabolos, en el concejo asturiano de Salas, es mucho más que un alojamiento rural: es un ejemplo vivo de cómo la sostenibilidad, el respeto por la tierra y la memoria del territorio pueden convivir en armonía. Levantado sobre una caserío del siglo XVIII y rehabilitado con materiales reciclados y técnicas tradicionales, este alojamiento sostenible representa un modelo integral de turismo responsable. En su finca, rodeada de árboles frutales, castaños y verdes praderas, se cultivan alimentos, se reutiliza el agua, se compone el suelo y se cultiva el alma. No por casualidad, forma parte de la Red de Pueblos Mágicos de España.
1. Rehabilitación con materiales reciclados y técnicas tradicionales
La restauración del edificio respetó íntegramente la arquitectura tradicional asturiana, recuperando piedra, madera, puertas antiguas y otros elementos que formaban parte del paisaje rural. Cada pieza fue restaurada y colocada con intención, manteniendo viva la historia del lugar y evitando la utilización de materiales nuevos o industriales. Esta rehabilitación sostenible ha transformado la antigua casería en un espacio acogedor, sin perder la conexión con sus raíces.
2. Uso de energías renovables, eficiencia energética y agua reciclada
El alojamiento funciona con energías limpias y sistemas de eficiencia energética que reducen su impacto ambiental. Se apuesta por un uso responsable del agua, clave en la gestión diaria de la finca. Los recursos se aprovechan al máximo y se integran de forma coherente en el paisaje, contribuyendo a preservar el equilibrio natural de la zona.
3. Huerto propio, compostaje y cocina de proximidad
El corazón del proyecto es su huerto ecológico, donde se cultivan los productos que luego protagonizan una cocina casera, vegetal y nutritiva. Además, el alojamiento cuenta con su propio compostero, cerrando el ciclo agroalimentario de forma natural y ecológica. Las recetas se elaboran sin grasas, adaptadas a alergias e intolerancias, y ponen en valor la verdura como ingrediente principal, en línea con un enfoque de alimentación consciente y sostenible.
4. Compromiso social con impacto real: campamentos para infancia vulnerable
Cada verano, La Figal de Xugabolos acoge a niños y niñas de la Asociación Centro Trama, ofreciéndoles días de campamento en plena naturaleza. Esta acción solidaria no es puntual, sino parte del alma del proyecto, que entiende la sostenibilidad también como justicia social, acogida y generación de experiencias transformadoras.
5. Fomento del empleo y comercio local
La Figal apuesta por dinamizar la economía rural a través de la contratación de personal del entorno y el abastecimiento en comercios locales. Esta apuesta por la economía de cercanía fortalece el tejido productivo asturiano, reduce la huella de carbono del transporte y mantiene vivo el valor del pequeño productor.
6. Actividades de bienestar y conexión con el entorno
El alojamiento ofrece clases de yoga en una panera tradicional, favoreciendo la conexión cuerpo-naturaleza y el bienestar integral. Además, el entorno del río Nonaya y el paisaje asturiano circundante ofrecen un marco ideal para el descanso consciente, el senderismo y la observación de flora y fauna local.
7. Reconocimiento como espacio mágico y transformador
La Figal de Xugabolos ha sido reconocida como el primer alojamiento “mágico” del concejo de Salas. Este título, otorgado por la Red de Pueblos Mágicos, reconoce no solo su singularidad estética, sino también su capacidad para conectar con lo esencial: el paisaje, la historia y la hospitalidad rural auténtica.
La Figal de Xugabolos no solo es un alojamiento sostenible: es un pequeño ecosistema de vida consciente, enraizado en la historia asturiana, abierto a la diversidad, y comprometido con la regeneración del entorno rural. Por su enfoque holístico, su coherencia en cada detalle y su capacidad para inspirar desde lo sencillo es un candidato para formar parte del proyecto Terra Llena. Porque cuidar el mundo también empieza bajo una higuera, al pie de una bolera antigua, con una mirada amable y un plato de huerta sobre la mesa.