Delfines en España: especies y dónde podemos verlos

¿Quién no ha deseado ver delfines surcando el mar? Poder observar estos increíbles mamíferos marinos en libertad, saltando entre las olas y jugando entre ellos y con los barcos es unos de los espectáculos más bonitos que existen.

Aun así, se trata de animales salvajes y hay que respetar su espacio y su integridad, de manera que no se pueden ver de cualquier manera. En España hay leyes que especifican cómo deben ser los encuentros con los cetáceos, el grupo animal al que pertenecen los delfines.

Además, en función de la zona a visitar, se pueden observar unas especies u otras. Así que vamos a ir paso a paso para conocer cómo se pueden ver estos animales de una forma responsable, con el máximo respeto hacia ellos.

 

¿Qué especies viven en España?

 

 

Partiendo de la base de que son animales marinos, nos vamos a referir a las aguas bajo jurisdicción española, aunque se puedan encontrar en otros lugares. Así pues, podemos encontrar delfines y especies parecidas en el Mediterráneo, el Cantábrico, el Atlántico (andaluz, gallego y las Islas Canarias). 

Estas son las especies más emblemáticas que podemos observar:

Delfín común (Delphinus delphis): se puede observar en el Mediterráneo, el Cantábrico y a lo largo del Atlántico. Con una longitud superior a los 2 metros, tiene unas manchas de color crema y blanco en los costados que lo hacen inconfundible.

Delfín listado (Stenella coeruloalba): también se observa en el Mediterráneo, el Cantábrico y el Atlántico. Es ligeramente más pequeño que el delfín común y presenta una línea negra lateral que va desde los ojos hasta casi la cola.

Delfín mular (Tursiops truncatus): también se observa en el Mediterráneo, el Cantábrico y el Atlántico. Es el mayor de los tres principales delfines, alcanzando hasta los 4 metros de largo. De color uniforme gris, esta especie se ha hecho famosa por los espectáculos en parques acuáticos y por ser la especie a la que pertenece Flipper (claros ejemplos de maltrato animal).

Aparte de estas tres especies, en las aguas españolas se pueden encontrar otras especies como el delfín moteado (Stenella frontalis) y el delfín de dientes rugosos (Steno bredanensis).

También se pueden encontrar especies de la misma familia (los odontocetos, cetáceos con dientes) como las orcas (Orcinus orca), el calderón gris (Grampus griseus), el calderón negro (Globicephala melas), la marsopa (Phocoena phocoena), el zifio de Cuvier (Ziphius cavirostris), el cachalote (Physeter macrocephalus), el cachalote pigmeo (Kogia breviceps) y el cachalote enano (Kogia sima).

 

¿Dónde se pueden ver delfines?

 

 

Los mejores sitios para ver delfines y cetáceos en España son, sobre todo, las Islas Canarias y el estrecho de Gibraltar. También son habituales en la cornisa cantábrica (desde Galicia al País Vasco).

En estas zonas habitan varios grupos residentes de las especies mencionadas, así como son zonas de paso para numerosos cetáceos, incluyendo varias especies de ballenas. Y numerosas empresas se dedican a hacer tours en barco para ir a observar cetáceos de una forma adecuada y respetuosa, sin acercarse en exceso ni molestar a los grupos de animales. 

Para realizar estos tours, se recomienda llevar prismáticos, porque no es demasiado habitual ver según qué especies demasiado cerca. Además, hay que tener en cuenta que se trata de especies silvestres, así que es posible que no se observe ningún ejemplar.

Otras zonas donde se pueden observar cetáceos, aunque menos frecuentemente, son el corredor mediterráneo que hay entre la costa catalano-valenciana y las Islas Baleares, así como la costa atlántica gallega.

 

Normativa estatal para ver delfines

 

 

En España, la observación de cetáceos está regulada por la normativa Real Decreto 1727/2007 para la Actividad Recreativa de Observación de Cetáceos (AROC). Esta normativa especifica las medidas de protección para este grupo de animales.

En concreto define un Espacio Móvil de Protección de Cetáceos con las siguientes dimensiones: 500 metros de distancia en línea recta al animal, 60 metros bajo la superficie y 500 metros por encima de la superficie. Además, dentro de los 500 metros de radio alrededor del cetáceo, hay una zona de exclusión en los primeros 60 metros, una zona potencialmente restringida entre los 60 y los 300 metros y una zona de aproximación entre los 300 y los 500 metros.

Dentro de este Espacio Móvil de Protección de Cetáceos, debe evitarse:

• El contacto físico de embarcaciones o personas con el cetáceo o grupo de cetáceos.
• Alimentar a los animales, tirar alimentos, bebidas, basuras o cualquier otro tipo de objeto o sustancia sólida o líquida que sea perjudicial para los cetáceos.
• Impedir el movimiento libre de los cetáceos, interceptar su trayectoria, cortar su paso o atravesar un grupo de cetáceos, en cualquier momento y dirección.
• Separar o dispersar al grupo de cetáceos y, especialmente, interponerse entre un adulto y su cría.
• Producir ruidos y sonidos fuertes o estridentes para intentar atraerlos o alejarlos, incluyendo la emisión de sonidos bajo el agua.
• Bañarse o bucear en la Zona de Exclusión del Espacio Móvil de Protección de Cetáceos.

En caso de que el animal se acerque reduciendo estas distancias, la embarcación deberá apartarse para mantener el espacio dentro de lo posible.

Esto significa que, en aguas españolas, no se puede nadar con delfines.

Gracias a esta normativa se puede lograr no interferir con la vida del animal y ayudar a su conservación.

 

Conservación y protección de delfines

 

Los cetáceos en general son animales con una amplia distribución en los mares y océanos del mundo y no siempre es fácil evaluar las poblaciones y su estado. En el caso de las ballenas, debido a su caza prolongada en el tiempo, sí se sabe que las poblaciones han disminuido muchísimo y que, en algunos casos, están al borde de la extinción.

En el caso de los delfines, muchas especies carecen de información suficiente para evaluar su estado a nivel global. Aun así, se sabe que hay ciertos fenómenos y problemáticas que pueden afectar a su supervivencia.

Un ejemplo de ello es el proyecto Delfines de Cabrera, una de las iniciativas de Ecólatras más destacadas, que trabaja para estudiar los efectos de la contaminación acústica y el tráfico marítimo en las especies de delfines que habitan en la zona cercana al Parque Nacional de Cabrera.

Solo con proyectos como este e investigaciones sobre el estado de estas especies podremos conocer realmente el estado de sus poblaciones y ayudar a la conservación de unos animales vitales para los ecosistemas acuáticos de nuestros mares y océanos.